Hace unos días ha sido el 25 de noviembre, Día contra las Violencias hacia las mujeres (nos gusta apuntar que cualquier tipo de mujer: cis, trans, no binaria...), declarado en 1981 en el I Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe en conmemoración al asesinato de las Hermanas Mirabal, fervientes opositoras de la entonces dictadura dominicana.
Enmarcado en este día, desde el Grupo Joven decidimos editar una Guía contra el lenguaje sexista y por el lenguaje inclusivo. Y diréis ¿y qué tendrá que ver? Es más, ¿por qué un grupo LGBTQ+ hace esto? ¿Estarán mezclando las cosas? Nada más lejos de la realidad.
Hablar de lenguaje, hacerlo enmarcado en el 25N y hacerlo desde nuestras realidades está más relacionado de lo que a priori puede parecer, por varios motivos.
El primero, y como ya se han encargado los movimientos feministas de repetir una y otra vez, laS violenciaS hacia las mujeres son variadas, algunas explícitas pero otras profundamente sutiles. El lenguaje puede ser utilizado como herramienta para dañar, menospreciar, discriminar y, en definitiva, ejercer violencia hacia otras/os. Aunque no nos demos cuenta. Y es que se trata de un mecanismo tan subconsciente que conforma en nuestro imaginario una idea de cómo son las cosas y articula, sin verlo, mecanismos de subjetividad a través de los cuales actuamos y pensamos el mundo. Si al ver a un chico expresar sus emociones o sus afectos, aunque no tenga mala fe, utilizo la culturalmente aceptada frase “lloras como una niña” o “eres una maricona”, en mi imaginario se conforma la idea de que 1. las mujeres son débiles y 2. los homosexuales no son varones, se acercan a la feminidad, y por tanto son débiles.
Esto no son más que ejemplos facilones pero que representan exactamente el porqué de la importancia del lenguaje.
Pero no sólo eso. Como indicábamos más arriba, esas mujeres a las que hace referencia la infinidad de violencias que se cometen a diario, no son siempre y necesariamente mujeres cis (esto es, en las que concuerda el sexo asignado en función de la genitalidad con el sexo sentido y con el género culturalmente atribuido) y heterosexuales, sino que hace(mos) referencia también a LAS OTRAS: las mujeres trans, las lesbianas, las bisexuales, las no binarias, las queer… A ellas, que por ser leídas como mujeres, por tener cuerpos que se asumen femeninos, por sentirse mujeres cuando “no les corresponde”, por amar a mujeres cuando “tampoco les corresponde”, por no definirse o hacerlo sólo cuando quieren…, también van dirigidas estas violencias.
Es por esto que tenemos el deber de hablar sobre esto; nos corresponde también a nosotras.
Pero no sólo a nosotras: como veréis en esta guía, el HETEROSEXISMO ataca también toda identidad de género que salga de los márgenes establecidos como normativos: hombre - blanco - heterosexual / mujer - blanca - heterosexual como identidades hegemónicas o con privilegios. Cabe aquí añadir otros ejes de opresión o privilegio (depende de dónde te sitúes tú) como la clase social, la (no)diversidad funcional, la raza, etnia o lugar de procedencia, etc… Toda identidad que esté fuera de este marco binario y excluyente puede ser potencial foco de violencia.
Y es por eso que se hace necesario hablarlo aquí, conmemorando un día como el 25N.
Esperemos que disfrutéis de la Guía, y sobre todo, ¡que la difundáis!
